lunes, 21 de febrero de 2011

Sembrando fe Pastoreña entre nuestros hermanos necesitados.

Compartir "Tú me dijiste Señor que en mi camino,

iré encontrando hambrientos de mi pan,
que habrá sedientos que vengan a mi fuente,
enfermos, tristes de frío y soledad.
Tú me dijiste que sufres en el pobre,
que estás desnudo, no tienes libertad,
que en el anciano que espera, tú me esperas..."


La Juventud Pastoreña de Cantillana es conciente de que tiene la obligación, como cristiana y miembros de nuestra hermandad, de dar testimonio de ello en todas las posibilidades que se le vayan cruzando.

En el día de ayer, volvió a tener la oportunidad de dar testimonio, del  seguimiento de Cristo y de ser oveja del rebaño de  La Mejor Pastora, al volver a colaborar con las Hijas de la caridad de San Vicente de Paúl en la residencia de ancianos y en el comedor  social que tienen  en el barrio de la Macarena, otra vez volvimos a servir el "pan  de cada día" que  estas benditas hermanas, con tanto amor, preparan para nuestro hermanos que menos tienen.

Una vez más, volvimos a recibir una lección de las mejores maestras, esas que, como la Bienaventurada Virgen, al escuchar la llamada de Dios, supieron responder con un "si" rotundo y dedicar todas sus vidas para ponerse a servir a aquellos que no tienen a nadie.

Fue motivo de alegría, para todos, ver como muchos ancianos nos recordaban de la anterior visita.

Y como nos podía ser de otra manera, donde se encuentran los pastoreños, allí, se encuentra su madre, La Divina Pastora, por ello les regalamos, a las hermanas, un cuadro de nuestra titular, que tendrá su lugar en el comedor.

Rogamos, a nuestra Bendita Madre, que con su cayado guié las vidas de todos los que allí residen y de los que van, cada día, a buscar un plato lleno de amor y  que aliente y de fortaleza a todas las Hijas de la Caridad.

"porque tuve hambre y me distes de comer"