Evangelio del 8 de Septiembre
(Mt 1,1-16.18-23): Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engrendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David.
David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
La generación de Jesucristo fue de esta manera: su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en Ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel», que traducido significa: "Dios con nosotros". Palabra del Señor.
Oración al Buen Pastor
Mi Señor, mi Buen Pastor, Hijo del Padre, fuente de luz, tormenta de fe, que vienes a sacudir nuestra dormida esperanza, que nos envías a Tu Madre para enamorar nuestros fríos corazones, que luchas con amor para conquistar los espíritus inquietos por las angustias del mundo.
Óyenos Señor, escucha a tus hermanos aquí, juntos queremos seguirte, donde Tú quieras que nuestros pasos se dirijan.
Nuestros corazones quieren pertenecerte, por siempre.
Nuestras almas sedientas de Tu luz solo quieren verte sonreír junto a Tu Madre.
Envíanos Tus Angeles y Tus Santos, consuélanos con su presencia celestial.
Danos el consuelo infinito de saber que Tu Misericordia ve con ojos agradables nuestro arrepentimiento por tanto error cometido.
No permitas que bajemos nuestras defensas contra el maligno y sus tentaciones.
Haznos fuertes, Señor, haznos fuertes en la entrega a Vos, nuestro Dios.
Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar a Tu Santo Espíritu en nosotros, para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.
Haznos confiados corderos de Tu rebaño, Señor, danos el abrazo de Tu Voluntad, Señor. Que seas Tu quien nos guíe, que sea tu Madre quien nos proteja.
No te alejes de nosotros, Señor, perdona nuestros errores y pecados, y nuestra falta de fe.
Amén.
Salve a la Divina Pastora
Salve Pastora querida
cuya caridad te mueve
dejando noventa y nueve
por buscar la oveja perdida
Salve Fuente de vida
salve bellísima Aurora
porque en la últiuma hora
de Su vida el Sumo Rey
de toda la humanidad
te constituyó Pastora
Jaculatoria de Fray Leopoldo
¡Pastora divina de las almas! Por la filial y tierna devoción que te profesó Fray Leopoldo, dígnate interceder ante la Santísima Trinidad para obtener la gracia que te pedimos.(Tres Avemarías).